Octubre de 1982. Un quinceañero de
provincias recién afincado en Madrid se lanza a las calles para vivir sin
intermediarios el último día de la campaña de las elecciones generales de ese
año. De haber podido votar, hubiera elegido al PSOE, que tiene previsto
celebrar a partir de las seis de la tarde, un mitin-fiesta en la explanada
situada frente a la facultad de Biología de la Complutense, con Serrat y Miguel
Ríos amenizando la espera al medio millón de personas que se congrega para
escuchar a Felipe, su melodía hipnótica a punto de convertirse en el himno de
casi el cincuenta por ciento de aquel electorado. Por entonces, antes de que el
referéndum de la OTAN ponga el primer acorde disonante de una larga sucesión de
promesas defraudadas, la cantinela suena entonada todavía, pero esa tarde,
quizá intimidado por el desafío de atravesar la gran ciudad desde el barrio que
es su nuevo entorno desde hace sólo quince días, el joven desiste de alcanzar
la ciudad universitaria a pesar de los cantos de sirena de sus artistas
preferidos y su audacia sólo le alcanza para moverse por los alrededores del
barrio de Salamanca, donde tres fuerzas políticas destinadas a ser minoritarias
celebran sus actos de final de campaña.
La afición taurina del muchacho le lleva
en primer lugar a la plaza de las Ventas en donde el Partido Comunista de
España ha convocado a las siete de la tarde, otro mitin-fiesta cuya
intervención principal correrá a cargo de Santiago Carrillo. Por los pasillos
del templo taurómaco que hoy sus herederos pretenden clausurar, reverberan las
voces de los entusiastas que gritan “aquí se ve la fuerza del PCE”, y el ritmo
frenético de esa consigna que no refrendarán las urnas, le lleva en volandas
hacia el ruedo abarrotado en el que la voz dulce y profunda de Mercedes Sosa
intenta ser un bálsamo de consuelo por anticipado de la debacle electoral que
se avecina. La intervención del viejo líder comunista se retrasa respecto a las
previsiones y el joven, ansioso de no perderse otros escenarios, no lo llegará
a escuchar en la que será la última ocasión de contemplar a Carrillo en tales
lides, antes de que el destinatario de su primer voto en elecciones generales
lo expulse del partido.
Una vez fuera del coso, el chico camina
calle Alcalá arriba y al llegar a la Plaza de Manuel Becerra, advierte bullicio
en la puerta del cine Universal, donde Unión de Centro Democrático reúne a unos
fieles que ante los catastróficos vaticinios de las encuestas gritan con un
fervor encomiable “ni Fraga, ni Felipe, UCD repite”. El abarrotado local sólo
le permite intuir en el estrado la esfinge de Calvo Sotelo, que intenta vender
su labor de presidente en funciones negando el ruido de sables que todavía resuena
en la democracia incipiente. Aún queda por intervenir Landelino Lavilla, pero
el carisma del presidente del Congreso que protagonizará una caída en votos y
escaños no igualada todavía, no logra retener al muchacho, su intención puesta
en ganar un asiento en otro cine cercano, el Salamanca, donde Adolfo Suárez le
hace la competencia a sus antiguos compañeros de partido. Acortando por
Hermosilla, llega a Conde de Peñalver y delante de la pantalla en la que al día
siguiente se seguirá proyectando “La colmena”, consigue atisbar a Suárez desde
el gallinero, y escuchar sus palabras apresuradas de excusa por la brevedad de
su discurso ya que debe salir inmediatamente para Ávila, en donde tendrá que hacer
frente a las cartas que se están repartiendo en su provincia de origen,
propagando el bulo según el cual ha decidido retirarse de la pelea electoral
con el fin de no perjudicar aún más el voto de centro. Las emociones de la
tarde acaban con las fuerzas y el espíritu aventurero del muchacho que abandona
su idea inicial de rematar la noche en la Plaza Mayor, donde el periódico
cuenta que Alianza Popular va a celebrar también un mitin-fiesta en el que
intervendrá el candidato Manuel Fraga precedido de varias actuaciones entre las
que destacan las de Jaime Morey y Mari Carmen y sus muñecos, precedidos por el bizarro
casticismo de una rondalla de la tuna.
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